Bailarina. Modelo. Embajadora diBallet®
La danza más que movimiento es la oportunidad de tocar corazones.
Solo puedo dar gracias a Dios por darme la hermosa oportunidad de bailar, de mover mi alma, de tocar la vida de otros, de hacerlo con el movimiento.
Anhelo ser una artista completa, algún día, y estoy muy agradecida por haber encontrado la danza.
Los dolores, el cansancio, las crisis, es estrés... al final, todas las emociones y estados se condensan dentro del escenario y llenan nuestros corazones mientras tocan el de alguien más. Todo lo que vale la pena queda cuesta arriba. A bailar.
Bailar, Danzar, Crear
Desde el momento en que empecé a bailar supe que quería saber más, conocerlo todo, participar en todas las etapas que el proceso involucra. Hoy, después de 5 años, camino en una de todas las posibles direcciones que me da la danza, porque muchas rutas se unen en el camino de un bailarín. Caminemos juntos, bailemos siempre y dejemos que el movimiento nos ayude a tocar almas y a enamorar corazones.
¿Por dónde empezar?
Si quieres ser artista primero tienes que estudiar.
Ser artistas es encontrar un lenguaje que te permita comunicarte con otros a través de la música, de la danza, de la pintura, de las letras, de las imágenes, del movimiento y a través de tantos idiomas como el hombre pueda encontrar.
Los caminos de la danza son muchos. Puedes desear ser un bailarín urbano, o tal vez prefieras ser uno de jazz, o de contemporáneo, o tal vez de salsa, quizá un bailarín clásico; cada estilo es diferente y cada uno implica una ruta de aprendizaje distinta.
¿Entonces, cómo escoger tu primera escuela?
Sin importar cuál es el objetivo la primera etapa debe ser el ballet porque esta escuela aporta los elementos para desarrollar las destrezas que el cuerpo requiere mientras garantiza su cuidado.
Uno o dos años de ballet significan un buen inicio mientras vamos pensando hacia donde queremos dirigirnos. Cuando la motivación y las condiciones físicas están en armonía podrías decidirte por el ballet, porque sin importar cuanta sea la motivación, hay que saber que algunos cuerpos pueden lograrlo en la danza clásica y otros no. El ballet es posible cuando hay rotación en las extremidades inferiores, flexibilidad en todo el cuerpo, un tipo de empeine en el pie y un estilo particular de armonía corporal.
Si el corazón está en otro tipo de danza deberías inclinarte por escuelas que te garanticen un proceso siguiendo una técnica precisa con el acompañamiento de maestros titulados y certificados en danza y con conocimientos en actividad física. La herramienta de trabajo de un bailarín es su propio cuerpo y por lo tanto no puedes exponerte en lugares donde crean estilos de enseñanza que ponen en peligro su crecimiento y desarrollo.
Lo importante es mantenerse en una escuela certificada, con un proceso que sea fiel a una técnica reconocida y ser disciplinado con este aprendizaje. Ánimo, el camino de la danza no es fácil, pero es apasionante.